
La experiencia y la emoción que viví el pasado 3 de octubre en el II Congreso Prevencionar, difícilmente pueda llegar a saber compararlo, una mezcla de orgullo y de ilusión, de emoción contenida al escuchar a las figuras que dieron voz a la diversidad, integración y perspectiva de género en la seguridad y salud laboral.
Cuatro mujeres con un factor común maravilloso… LA PASIÓN.

Pasión por la Prevención de Riesgos Laborales y la igualdad que en el caso de Ruth Vallejo Dacosta (Profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad social y actual Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza), ha dado como resultado el libro titulado “Salud laboral, igualdad y mujer. Aspectos jurídicos” y que está a punto de salir al mercado DEL CUAL nos desgranó los aspectos más destacados.
Tuvimos el privilegio de escuchar a Susana Romero Miguel, Ingeniera, prevencionista por vocación y apasionada por la ciencia, la tecnología y la información que nos descubrió más sobre las enfermedades raras en el ámbito laboral.
Las dificultades, la realidad, el día a día de las barreras existentes en la integración laboral como trabajadora con discapacidad, en una de las mujeres más sobresalientes del mundo del Handbike, Milagros López Vernet, que a las alturas en que se publique este artículo habrá revalidado el título de campeona de España de ciclismo adaptado 2015 – 2019.
Y por último, con el sueño perdido de Virgina Carcedo Illera, con la carrera diplomática truncada debido a su discapacidad, con un conocimiento y un bagaje acumulado que le coloca hoy como una reconocida experta en Gestión de la Diversidad, Igualdad de Oportunidades, Tercer Sector y derechos de las personas con discapacidad en foros, seminarios y grupos de trabajo relacionados con estas materias a nivel nacional e internacional.
En la piel de cada una de ellas, vivimos la necesidad de aplicar la perspectiva de género a la seguridad y salud en el trabajo debido la evidencia creciente de que los riesgos laborales y las patologías causadas por estos riesgos afectan de manera desigual a hombres y mujeres.
De manera especial y sin atención actualmente, en la salud de la mujer en el contexto del envejecimiento de la población trabajadora, por los problemas de salud derivados de la disminución fisiológica relacionada con la edad, como la menopausia, o los relacionados con aquellas mujeres de mayor edad que se encargan del cuidado de familiares. Aspectos como el acoso sexual y por razón de sexo, conflictos trabajo-familia que actualmente solo se abordan en las políticas de igualdad o aquellos relacionados con las propias evaluaciones de riesgo donde no se tienen en cuenta la valoración objetiva de las instalaciones, equipos, lugares de trabajo o equipos de protección individual y ni se piensa siquiera en la evaluación subjetiva de las capacidades de las personas trabajadoras …
En cifras, un 32,5% de la población de la Unión Europea declara haber padecido una enfermedad o un problema de salud de larga duración. Y es, el puesto de trabajo, el que se ha de adaptar a la realidad física, psíquica de la persona, teniendo en cuenta la edad, el género y su condición de discapacidad si esta existe.
La integración de efectiva de la prevención en la empresa media está muy lejos de este principio: adaptar el trabajo a la persona, no la persona al trabajo.
Si al modelo universal, que considera la discapacidad innata a todas las personas, hombres y mujeres, le aunamos el modelo de enfoque de género y discapacidad, en la que se introduce la variable de género a la hora de analizar, interpretar y explicar la discapacidad, las mujeres sufren múltiple discriminación.
Datos en concreto como el cálculo de los valores límites ambientales, en relación con los productos químicos, están en su mayoría determinados por las características fisiológicas de los hombres, no estando siempre muy claro su incidencia sobre las Mujeres. Y en este caso, la vigilancia de la salud juega un papel esencial y debe tener tener en cuenta las diferencias biológicas en la exposición a tóxicos.
En la actualidad las Mujeres se encuentran en una situación de precariedad frente a los hombres: Las investigaciones de la OMS informan mayor mortalidad, mayor incidencia de enfermedad coronaria, mayor riesgo cardiovascular (más hipertensión, más obesidad, menos actividad física), peor percepción de la salud, mayor frecuencia de problemas osteomusculares, mayor frecuencia de lesiones en el puesto de trabajo, mayor exposición a productos tóxicos, peligros físicos y ergonómicos y riesgos psicosociales.
Las personas con discapacidad son una población muy heterogénea, hombres y mujeres presentan necesidades diferentes, enfrentándose a problemas diferentes.
Con determinación, sin dobleces y poniendo acento en lo verdaderamente importante, las protagonistas que nos acompañaron en el II Congreso Prevencionar han contribuido a dar luz a las sombras de los colectivos menos visibles y tan imprescindibles y necesarios en nuestra sociedad.
Ojalá que la lección de esta preciosa mesa nos sirva para crear conciencia en qué en nuestra sociedad, somos la suma de muchos y desde la educación, desde la conciliación de la vida familiar y laboral, desde la reorganización de los tiempos, debemos avanzar a otro tipo de sociedad porque en la diversidad y en la integración está nuestra riqueza.
Redactado por Ana Serrano Soriano. Coordinadora de PRL en Aragonesa de Servicio Telemáticos, Miembro de la Junta de AEPSAL y moderadora de la mesa “Género y Figura” del II Congreso Prevencionar.
