
Las condiciones de trabajo constituyen un determinante muy directo del estado de salud de las personas. La aparición de enfermedades profesionales o de accidentes de trabajo está en íntima relación con las condiciones de riesgo en que se desarrollan las actividades laborales, por lo que al planificar la vigilancia de la salud de los trabajadores debe tenerse en cuenta todas aquellas circunstancias que entrañen un riesgo para la salud psicofísica en el sentido más amplio y que puedan influir en la aparición de una enfermedad profesional o accidente de trabajo.
Los horarios de trabajo, especialmente los trabajos a turnos y nocturnos, suponen una agravante directa sobre las condiciones de riesgo laboral preexistentes por dos motivos:
- En primer lugar porque aumentan las posibilidades de exposición a agentes físicos, químicos o biológicos por el aumento del horario de trabajo porque:
- No todos los sistemas organizativos del trabajo a turnos tienen el mismo número de horas. Generalmente cuando se alternan cuatro turnos (trabajando fines de semana y festivos), el turno de noche suele tener 10 horas y el de mañana 7.
- Muchos trabajadores a turnos o nocturnos desempeñan más de un trabajo y ello aumenta el riesgo de exposición.
- Ciertos sistemas metabólicos regulados por los ritmos circadianos pueden sufrir aceleraciones o desaceleraciones de sus procesos bioquímicos y puede ocurrir que aumente la posibilidad de intoxicación frente a ciertos tóxicos o que disminuya la capacidad de desintoxicación de algunos órganos.
- El segundo motivo es el aumento de la fatiga por la sobrecarga de trabajo, lo convierte a la persona en más vulnerable a la enfermedad o el accidente de trabajo.
Los trabajos a turnos y nocturnos, lejos de ceñirse a ciertos tipos de actividades tradicionalmente aceptadas (sanitaria y seguridad), ha ido invadiendo cada vez más otros sectores productivos debido en gran parte al aumento de productividad demandado por el mayor consumismo de la sociedad actual.
Cada vez son más los estudios donde se habla, sobre todo, de trastornos neuropsiquiátricos (en especial alteraciones del sueño), cardiovasculares, digestivos, endocrinológicos, ginecológicos o reproductivos, así como de una mayor incidencia de ciertos tipos de tumores y un mayor riesgo de accidentes de trabajo, sin olvidar el menoscabo que ocasiona en las relaciones familiares y sociales.
Según la OIT, en el año 2000 el 20% de los trabajadores de la UE trabajó en un sistema a turnos, afectando a uno de cada cinco trabajadores del sector secundario y a uno de cada seis del sector servicios.
De acuerdo con la directiva del Consejo de la CEE (93/104/CEE) sobre descanso, trabajo nocturno y por turnos, se entiende:
Período nocturno: todo período no inferior a siete horas, definido por la legislación nacional, y que deberá incluir el intervalo comprendido entre las 24 y las 5 horas.
Trabajador nocturno: Todo trabajador que realice durante el período nocturno una parte no inferior a tres horas de su tiempo de trabajo diario.
Trabajo por turnos: toda forma de organización del trabajo en equipo por la que los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo con arreglo a un ritmo determinado, incluido el ritmo rotatorio, y que podrá ser continuo o discontinuo, implicando para los trabajadores la necesidad de realizar un trabajo en distintas horas a lo largo de un periodo dado de días o semanas.
Trabajador por turnos: todo trabajador cuyo horario de trabajo se ajusta a un régimen de trabajo por turnos.
Existen varias formas posibles de organización del trabajo mediante una sucesión de equipos:
- Discontinua: como mínimo dos turnos, interrupción del trabajo al final del día y durante el fin de semana.
- Semicontinua: como mínimo tres turnos, el trabajo se interrumpe durante el fin de semana.
- Continua: más de tres turnos que se relevan sin interrupción las noches y los fines de semana durante los 365 días del año.
Las situaciones de trabajo por turnos también pueden variar dentro de cada categoría según que los turnos sean:
- Fijos: con trabajo nocturno permanente en caso de modalidad continua o semicontinua.
- Alternados: los parámetros de organización de los turnos adoptan valores muy diversos.
- Partidos: trabajo a horas punta de la mañana y la tarde como refuerzos (los conductores de autobuses, por ejemplo).
Según la cadencia en el cambio de turno, podemos hablar de tres tipos de trabajos a turnos:
- Turno largo (lento): los cambios de turno se hacen con una frecuencia semanal (5-7 días).
- Turno ultralargo (ultralento): los cambios de turnos se hacen con una frecuencia mayor a la semanal.
- Turno corto (rápido): estos cambios ocurren con una frecuencia menor a la semanal.
Por último, en el caso de los turnos rotatorios, según cómo se sucedan los horarios, podemos hablar de:
- Turnos anterógrados: al horario de mañanas siguen las tardes, a éstas las noches y a éstas últimas las mañanas.
- Turnos retrógrados: de las noches se pasa a las tardes, de las tardes a las mañanas y de las mañanas a las noches (implican menor descanso dentro del ciclo, pero mayor entre los ciclos).