Mientras que los accidentes leves son comunes, los accidentes graves, mortales o tecnológicos mayores son poco frecuentes o incluso a veces nunca han ocurrido. ¿Cómo podemos entonces tener una representación adecuada de los riesgos más importantes? ¿Cómo hacer que la conciencia acerca de lo que más nos amenaza se mantenga viva y cómo compartirla para adoptar los comportamientos correctos? ¿Cómo promover una adecuada representación de las situaciones en tiempo real?
Las maneras de hacer y las maneras de pensar ejercen una mutua influencia:
- la percepción del riesgo y la representación de una situación influyen en las acciones que se llevarán a cabo,
- las prácticas valoradas por la organización influyen en las maneras de pensar, las percepciones y los valores.
HACER QUE LA PERCEPCIÓN DE LOS RIESGOS SEA LA ADECUADA
La percepción de los riesgos determina la representación de un riesgo y, por lo tanto, orienta los comportamientos en materia de seguridad y la toma de decisiones. Sin embargo, esa percepción es compleja y depende no sólo de las características del riesgo sino también de la persona que lo evalúa:
- de su formación, su historia personal, su experiencia,
- de su conocimiento del peligro y de si tiene o no la oportunidad de actuar para protegerse,
- de las otras dimensiones que tiene que gestionar: retribución por hora, productividad…
- de los colectivos a los que pertenece que tienen, o no tienen, una visión de la aceptabilidad del riesgo.
Tanto la subestimación como la sobreestimación de un riesgo tienen consecuencias negativas para la seguridad. La sobreestimación del riesgo paraliza o genera una pérdida de control y no permite un comportamiento adaptado. La subestimación conduce a tomar riesgos y, por lo tanto, a ponerse en peligro. Para percibir de manera adecuada el riesgo y ejercer una acción segura es necesario:
- conocer los peligros, los riesgos y las situaciones con un alto potencial de gravedad,
- conocer las barreras que componen el sistema de defensa,
- contribuir, individual y colectivamente, al control y mantenimiento de las barreras,
- tener confianza en las barreras y en el colectivo de trabajo al que se pertenece
PISTAS DE ACCIÓN ESPECÍFICAS PARA LOS EQUIPOS OPERATIVOS
Los estudios de peligro son a menudo muy técnicos y exhiben un formalismo que está adaptado a los requisitos reglamentarios pero que no favorece su apropiación por parte de los equipos operativos.
Y además, sus resultados se comparten muy poco. Si a esto se añaden los cambios que afectan a los sistemas (nuevos equipamientos, aumento de la producción, degradación del mantenimiento), conduce a una situación en la cual los equipos operativos tienen dificultades para percibir e imaginar los riesgos más importantes.
Para remediar esta situación sería deseable que los equipos operativos y también, idealmente, los proveedores, estuvieran en el centro de las discusiones y participaran estrechamente en los estudios de peligro.
CUANDO EL RIESGO PARECE DEMASIADO GRANDE
Imaginar un acontecimiento grave que aún no se ha experimentado es difícil para el cerebro humano: cuando un riesgo es demasiado grande, el inconsciente se siente tentado a minimizarlo para hacerlo soportable. Es lo que denominamos “defensas psíquicas”, que nos protegen contra el miedo y no contra el peligro. Este sistema de defensa individual se basa a menudo en la ideología del colectivo de pertenencia: algunos grupos promueven una idea que se refleja en la frase «no es tan peligroso».
Por último, una cultura organizacional que no presta suficiente atención a los riesgos (que están siempre presentes), y que transmite demasiados mensajes del estilo «la situación está bajo control», trivializa los riesgos importantes.
REPRESENTARSE ADECUADAMENTE LAS SITUACIONES DE RIESGO EN TIEMPO REAL
Mantener la eficacia de las barreras de prevención, recuperación y mitigación pese a la aparición de factores perturbadores depende siempre de la capacidad que tengan las mujeres y los hombres presentes, gerentes y operarios, de representarse de manera adecuada la situación en la que intervienen. Sin embargo, la representación de una situación depende de varios factores.
En primer lugar, la primera representación de una situación orienta la búsqueda de información disponible. Dado que es más probable que se encuentre la información que se busca que la que no se está buscando, si la representación inicial es incorrecta, es posible que se pierda información importante. Por supuesto, la información percibida.
Fuente: ICSI