La salud y seguridad ocupacional de hoy comienza efectivamente con los problemas más pequeños de nuestra infancia!
Numerosos investigadores en el campo de las condiciones laborales afirman que alrededor del 95% de los accidentes de trabajo ocurren por causas humanas, es decir, se encuentran en la dimensión cognitiva y conductual del trabajador, ya sea por falta de formación, negligencia o desprecio de los estándares básicos. y seguridad elemental en el trabajo, ya sea porque se encuentran bajo conductas adictivas como el alcoholismo o las drogas. Claramente, no podemos eximir a los trabajadores de la falta de supervisión, orientación y capacitación por parte del empleador.
Podemos entonces afirmar que las conductas de riesgo de hoy provienen de la primera infancia cuando, por diversos motivos (familiares, sociales, culturales) no existía la necesaria supervisión de los padres, la lucidez se transmite, forma y monitorea permitiendo que muchos niños hayan sufrido incidentes y otros aún más Accidentes graves que provocan la ausencia de una cultura preventiva y de seguridad que luego se refleja en el lugar de trabajo.
Cuántas veces los padres o tutores han olvidado que los niños se han quedado solos, a veces en una habitación en un piso alto, jugando cerca de una escalera alta o incluso jugando en una piscina inflable que aparentemente no representa ningún peligro mayor? ¿Cuántos enchufes eléctricos están desprotegidos? ¿Con qué frecuencia los productos de limpieza son accesibles para los más pequeños? Y con la introducción de las tecnologías de la información y la comunicación, cada vez más padres están ausentes de su función principal de supervisión y seguimiento diario de sus hijos. Y el accidente está ahí en la puerta en décimas de segundo. Es preferible que los niños sufran pequeños rasguños, exfoliaciones, heridas y pequeños hematomas para sufrir lesiones graves y en ocasiones irreversibles.
Si el niño crece con estas habilidades transmitidas, el hecho de saber hasta dónde puede o no puede llegar, saber que tiene cerca a su padre o madre, y los padres ejerciendo la competencia de supervisar y controlar, se va creando un recuerdo de prevención que luego se traducirá en una cultura de seguridad ya en la edad adulta y en el mercado laboral.
Cabe preguntarse si se puede aprender la cultura de prevención y seguridad? Claro que sí. Llevará años y años. Pero si se perciben desde la niñez, naturalmente serán legitimados y absorbidos por todos. Es importante porque nos enfocamos en las desviaciones, errores y actos inseguros corrigiéndolos y mejorándolos. Solo entonces comienza a caer el porcentaje que se retrataba al principio (95% de actos inseguros).
Todos tenemos un papel importante que desempeñar en esta disminución.
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