
Vivimos actualmente en una sociedad de exigencias sociales, profesionales y familiares que nos llevan a episodios, unas veces aislados, otras con mayor incidencia en el tiempo de ansiedad, y que un estado de ansiedad persistente y excesiva puede provocar, a medio y largo plazo. , mayores problemas al paciente nivel de nuestra salud mental.
Esto nos lleva al concepto general de ansiedad. Podemos resumir que el fenómeno de la ansiedad se caracteriza como un tipo de miedo asociado habitualmente a una AMENAZA (un reto, un cambio efímero en el trabajo, una preocupación familiar, el miedo a no poder alcanzar un objetivo determinado, entre otras causas) que se manifiesta como una señal de ADVERTENCIA y advierte la mayor parte del tiempo de un peligro amenazador visto en numerosas ocasiones como desagradable e incómodo para el individuo. Sin embargo, también puede ser causado por algo nuevo, cuya “entrada en nuestra vida” puede de un momento a otro crear también un fenómeno de ansiedad sin que necesariamente tenga que ser visto como negativo. De hecho, la ansiedad saludable nos ayuda a afrontar cambios que para algunos pueden ser una amenaza con carga negativa, pero para otros es algo desafiante y positivo. Tiene mucho que ver con la personalidad de cada uno, con su trayectoria de vida, con su formación, con las experiencias de vida y la manera resiliente en que los enfrenta, entre otras vivencias y socializaciones primarias y secundarias. Existen una serie de causas que dan origen a la ansiedad de un individuo, y las más conocidas y repetidas en la vida cotidiana se caracterizan por:

Asuntos económicos (en los que existe una PERCEPCIÓN de incumplimiento de ciertas obligaciones, poniendo en riesgo, en ocasiones, la supervivencia misma de la familia);
Cuestiones de incertidumbre geopolítica (como el caso actual de la guerra de Ucrania, que crea incertidumbre en otros ámbitos de nuestra vida, concretamente en el tema mencionado y que condiciona cualquier plan que hayamos trazado para comprar una casa o un coche, por ejemplo);
Cuestiones laborales (anticipar un cambio en el que el trabajador está anticipando un cambio en su esfera de confort diario, solicitando algo que percibe que no cumplirá, el clima organizacional de persecución, acoso, violencia, etc.);
Asuntos familiares (como enfermedad, separación y divorcio, nacimiento de un nuevo miembro, proceso de envejecimiento, relación tóxica, entre otros aspectos que deterioran la agenda familiar);
Cuestiones relacionadas con la soledad (el miedo a estar solo un día, a necesitar una estructura de apoyo, a perder progresivamente amigos y familiares);
Problemas sociales (ya no pertenecen a un grupo específico (político, sindical, asociativo) con un sentimiento intrínseco de abandono, aislamiento social, etc.).
Algunos tipos de trastornos causados por cuadros de ansiedad:
Fobia social (miedo a la vergüenza en medio de otras personas, el individuo tiende a aislarse y sentarse en un lugar alejado de la “confusión”, urgencia de hablar ante una audiencia de personas, confundiéndose con el fenómeno de la agorafobia (ver más abajo) , cuando sales de casa y entras a la acera te sientes nervioso, inseguro, empiezas a sudar, etc.);
Fobia específica (este tipo de ansiedad resulta de un episodio específico que desencadenó el malestar en el individuo (por ejemplo, un animal específico o un lugar específico));
Trastorno obsesivo-compulsivo (relación de pensamientos persistentes y reiterados que encarnan comportamientos y comportamientos repetitivos);
Trastorno de estrés (la mayoría de las veces como resultado de situaciones traumáticas que causaron miedo, inseguridad y sentimientos de impotencia);
Crisis de pánico (episodios de ansiedad intensa aparentemente sin razón, a veces de sufrimiento en anticipación de algo que puede o no suceder, y que se materializa a nivel somático);
Agorafobia (miedo a ir a lugares con mucha gente, como la cafetería de una empresa, ir al centro comercial o la playa);
Ansiedad patológica (es preocupante ya que el individuo ya no puede hacer nada sin tomar un ansiolítico diario, estando sujeto al efecto de la tolerancia).
Síntomas de la ansiedad:
Como la ansiedad es un estado transitorio y puede ser provocada por una o malas causas, surgen respuestas cuyos síntomas pueden ser de origen fisiológico o psicosociológico.

Efectos fisiológicos (nerviosismo, palpitaciones, tensión muscular, respiración acelerada, latidos cardíacos rápidos y/o irregulares, sudoración, dolor gastrointestinal, náuseas y sequedad de boca);
Efectos psicosociales (aislamiento de otros compañeros y/o amigos, falta de atención y concentración, sueño desfragmentado, irritación más frecuente, intolerancia a ciertos retos diarios, anticipación de futuros fracasos, pérdida de autoestima, bloqueo mental, depresión y pérdida de confianza en uno mismo).
Qué formas de actuar?
Depende del tipo de trastorno diagnosticado. Todos somos diferentes, todos reaccionamos de manera diferente. En algunas situaciones, se puede promover una combinación de terapias y medicamentos.
Con respecto a la primera, en la que nos centraremos en este artículo, te recomendamos algunas estrategias como:
Hablando (es importante compartir lo que sientes, aprovechar tus sentimientos sobre algo que te está aquejando y contar, ya sea con amigos, o a nivel de profesionales de psicología, servicios sociales, pero también en el servicio de medicina del trabajo con la enfermera y el médico del trabajo, ya que muchas de estas situaciones son transdisciplinares y en equipo se pueden mitigar y/resolver);
Enfrentar el problema (no huir, no postergar una determinada acción, porque si creemos que tenemos que enfrentarlo, al menos debemos intentar acercarnos a la situación en cuestión, si podemos, es una ganancia de confianza que generará más confianza en el individuo);
Relajación (importante aprender y aplicar algunas técnicas de relajación combinadas con una respiración equilibrada. Hacer ejercicios como yoga, meditación o masajes puede calmar y así desdramatizar la tensión y afrontar mejor el problema en cuestión);
Actividad física (la creación de endorfinas son neurotransmisores que funcionarán como un analgésico natural, estimulando sensaciones de bienestar y confort, tanto desde el punto de vista físico como mental, además de tonificar el organismo, mejorar determinados rendimientos y mejorar la imagen corporal , generando autoestima y confianza en uno mismo);
Dieta equilibrada (si practicas una dieta más sana, comiendo frutas y verduras, reduciendo azúcares y carbohidratos, puedes reequilibrar el organismo ofreciendo una respuesta más saludable con suficiente energía. Si sufres un parón repentino, puede provocar síntomas de ansiedad. Evita el café y alcohol en exceso ya que son catalizadores de la ansiedad);
Existen otras técnicas como las terapias de grupo, el mindfulness y finalmente el componente medicación, que en nuestra opinión deberían combinarse con las terapias mencionadas anteriormente y bajo supervisión clínica, ya que esta última debe verse como un tratamiento inmediato y de corta duración, y no como una “cura milagrosa” para combatir la ansiedad.
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