
Las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedad profesional han sofocado una rebelión del presidente de la asociación que las agrupa -Amat- contra la Seguridad Social; desautorizaron una carta remitida por éste al director general de Ordenación de la Seguridad Social y se plantean elegir un sustituto de Juan Echevarría en la nueva reunión que celebrarán en enero. Siempre que se perfile un candidato, que todavía no tienen claro.
En el trasfondo del conflicto está la competencia entre mutuas y el destino de los excedentes que generan. En su caso no se puede hablar de beneficios, porque las mutuas actúan como entidades colaboradoras de la Seguridad Social: cobran las cotizaciones por accidente de trabajo y enfermedad profesional y pagan las correspondientes prestaciones.
Es decir, trabajan con dinero público, y por eso los excedentes que se producen, una vez que han cubierto las reservas a las que les obliga la ley, revierten de nuevo al sistema de pensiones a través del Fondo de Prevención y Rehabilitación y del Fondo de Reserva. La Seguridad Social ha recurrido este año a ambas huchas para solucionar sus tensiones de tesorería, debido a la caída de ingresos por cotizaciones, que llevarán a un déficit al cierre del ejercicio de unos 10.500 millones de euros. Seguir Leyendo
Fuente: El Economista