
¿Se asimila un plan de emergencias a un plan de autoprotección?¿El Plan de autoprotección de un centro sanitario tiene las mismas características que el deun centrocomercial?¿Cómo podremos ganarnos la confianza del Comité de Dirección? Con este artículo, dividido en distintas entregas, se quiere dar una visión general de los aspectosa tener en cuenta en el diseño de un plan de autoprotección para una actividad sanitaria en Catalunya. No se pretende ser exhaustivo en la aplicación de la normativa legal y técnica sino que se quiere dar la respuesta, desde el punto de vista del autor, a aquellos puntos clave que pueden afectar a la seguridad e integridad de las personas y los bienes que queremos proteger y conseguir la máxima eficiencia de los equipos para controlar las emergencias.
Haciendo un poco de memoria, para recordar los antecedentes legales más recientes, en el anterior artículo ya se hizo mención del Decreto 82/2010, de 29 de junio, norma que desarrolla y despliega la Ley 4/1997 de Protección Civil de Catalunya según ya estaba recogido en su articulo 20. En el Decret se determina el catálogo de actividades y los tipos de centros que están obligados a adoptar medidas de autoprotección y mantener los medios personales y materiales necesarios para afrontar situaciones de riesgo y emergencias.
Las actividades del ámbito sanitario (hospitales, residencias de ancianos, centros de día, centros de atención primaria entre ellos) son especialmente vulnerables a las catástrofes y se encuentran dentro de este catálogo clasificado principalmente en dos grandes grupos. Un primer grupo y más exigente clasificado como “A” o “B” de interés para la Protección Civil de Catalunya y un segundo grupo clasificado como “C” de interés para la Protección Civil Local (Ayuntamientos). Los de tipo “B” engloban situaciones que no se encuentran catalogadas en las de tipo “A” y “C” que afecten a otras actividades que puedan ser especialmente vulnerables o presenten un riesgo especial.
Por tanto una de las primeras decisiones que debemos afrontar los técnicos acreditados para elaborar los planes de autoprotección (PAU) es el de clasificar correctamente la actividad. Ello establece el compromiso por parte del empresario o del gerente a adoptar los medios humanos y materiales exigibles en mayor medida en los de tipo A o B que en los de tipo C y consecuentemente incidirá directamente en el presupuesto y en la organización de los recursos que puedan estar disponibles. Si se hace una clasificación en exceso o por defecto afectará al trabajo y dedicación empleada en la elaboración del PAU cuando se esté pasando el proceso de control de los órganos de validación y homologación de protección civil correspondiente. Un PAU que se encuentre fuera del ámbito de afectación de esta normativa será rechazado así como un nivel de clasificación que no corresponda a la realidad nos obligará a realizar modificaciones considerables en nuestro trabajo poniendo en entredicho la confianza nos han depositado.
Como profesionales de la autoprotección hemos de ser rigurosos con la realidad de la situación para que el PAU se desarrolle con los medios de protección activa y pasiva del edificio, así como la organización disponible y tener en cuenta las limitaciones que hayamos podido detectar. Hemos de ser realistas y estructurar el índice del PAU con la que nos establece el Decret 82/2010, adaptando las soluciones a esa realidad. Si hay propuestas de mejora evidentes a las limitaciones han de plantearse en el documento 4 de implantación.

Para cumplir con la razón de ser del PAU se deberán definir las acciones a emprender para controlar la emergencia. Para conseguirlose debe seguir el siguiente camino:
- Definir los escenarios de emergencia o situaciones de riesgo y sus consecuencias en el caso que se materialicen.
- A cada escenario, teniendo en cuenta su relevancia, se le debe asociar uno de los niveles de activación del plan que tengamos previstos (p.e. alerta, emergencia parcial, emergencia general).
- Consecuentemente se deberán desarrollar una secuencia de acciones que controlen y eliminen la emergencia de acuerdo a su categoría y a la situación de riesgo.
Con este último paso se conseguirá confeccionar el manual de actuación del PAU, correspondiente al Documento 3. Las siguientes entregas explicaranlos elementos críticos que nos ayudaran a tener una buena definición de las acciones en cada uno de los 4 documentos del PAU.
Carles Brugada i Subirós es Ingeniero en Organización Industrial y Técnico acreditado para la redacción de Planes de Autoprotección. Actualmente colabora, asesora y participa en la redacción de Planes de Autoprotección para BalAg-Asesores® y coordina-tutoriza programas de capacitación de Técnicos acreditados en la redacción de Planes de Autoprotección para la UCF. Ha creado y dirigido Departamentos de Prevención, Calidad y Medio Ambiente de empresas multinacionales .
Prevencionar se reserva el derecho de reproducir o ceder sus contenidos en otros medios, obligándose a citar fuente y autor. Queda expresamente prohibida la reproducción total o parcial de los mismos sin autorización expresa. Prevencionar no se hace responsable de las opiniones expresadas en los artículos y/o entrevistas.
