Hasta hace unos años, las empresas, en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo en España, estaban centradas en la eliminación o reducción de las situaciones de riesgo, con el fin de limitar las consecuencias, accidentes o enfermedades, que afectaban a sus profesionales. Hoy, este modelo de gestión parcial de la salud ha quedado obsoleto, y se ha iniciado una transición hacia el concepto de salud integral, o bienestar físico, mental, y social que, en el lenguaje empresarial, se traduce en la búsqueda del bienestar corporativo. La aparición del concepto de salud total permite desarrollar iniciativas que colocan a los trabajadores en el centro de la gestión, y amplía el ámbito de actuación de la prevención de riesgos laborales a nuevos campos de actuación, fuera del alcance de la prevención más tradicional. La ampliación del concepto de salud empresarial, más allá de la salud laboral, incluye aquellos aspectos de salud que afectan al empleado, incluido el bienestar social, entendido como todos los factores que una persona necesita para gozar de una buena calidad de vida.
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