[pullquote]El trabajo por turnos altera la alimentación y fomenta el sedentarismo, entre por lo menos algunos de los riesgos para la salud que aumentan en las personas que cambian de horarios o trabajan de noche[/pullquote] Un estudio realizado a los empleados de una aerolínea de Finlandia revela que las personas que tienen turnos de trabajo con horarios rotatorios y turnos nocturnos en tierra consumen más grasa y menos verduras y frutas que las personas que trabajan siempre de día y el personal de a bordo. Estudios previos habían demostrado que en los trabajadores por turnos aumentan el riesgo cardiovascular y la posibilidad de desarrollar síndrome metabólico y diabetes tipo 2, según publica el Occupational and Environmental Medicine.
Su estudio incluyó a 1.478 empleados de una aerolínea que participaron de un programa de pesquisa y prevención de enfermedades crónicas en el período 2006-2009. Más de la mitad eran hombres. Algunos trabajaban de día, otros lo hacían por turnos en tierra y el resto tenían tareas a bordo.
Los controles al inicio del estudio incluyeron la detección de la diabetes, los análisis de laboratorio, las evaluaciones físicas y un cuestionario sobre el estilo de vida, el trabajo y el sueño.
Aquellos con riesgo de diabetes respondieron un cuestionario estandarizado de 16 preguntas sobre la alimentación y recibieron orientación para modificar el estilo de vida. Los controles se repitieron a los 2,5 años. Los hombres que trabajaban por turnos, principalmente en el mantenimiento de los aviones o la atención a los usuarios, eran menos propensos a comer por lo menos una porción diaria de verduras que el resto.
Las mujeres con trabajos por turno ingerían el 12,6 por ciento de las calorías diarias de la grasa saturada, comparado con el 12,2 por ciento entre las empleadas con turno fijo de día. Las azafatas y las empleadas de tierra con trabajo por turnos también consumían más productos lácteos ricos en grasa que las empleadas con horario diurno fijo.
Los hombres con tareas por turnos ingerían más calorías derivadas de la grasa (33 por ciento) y la grasa saturada (12 por ciento) que los otros dos grupos. Los sobrecargos eran los que ingerían menos calorías provenientes de grasa (31,7 por ciento) y grasa saturada (11,6 por ciento).