
Veinte años es mucho…
Estimad@s amig@s empresari@s:
Se cumplen ahora en noviembre 20 años de la aparición de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, aunque su entrada efectiva en vigor se produce en febrero de 1.996. Fue entonces como por azar que para muchos de nosotros se dio la salida a una vida profesional dedicada a la prevención de riesgos laborales. En definitiva a una forma de vida orientada a la protección de la salud de los demás en un sector muy particular.
Muchos empezamos trabajando de técnicos de prevención para convertirnos posteriormente en empresarios del sector de los Servicios de Prevención y por tanto todos nuestros actos profesionales han ido moviéndose en torno a nuestras organizaciones y particularidades de un sector que entre todos construimos. Creamos empresas que son generadoras de empleo y de valor. Contribuimos también día a día a algo más que a la creación de riqueza para la sociedad, contribuimos a velar -o al menos a intentarlo- en el cuidado de los demás; en el cuidado y protección de los millones de trabajadores y trabajadoras que forman en nuestro tejido productivo y que son visitados por nuestros técnicos y atendidos por nuestro personal sanitario.
Estos 20 años dieron para mucho, sí. Entre todos edificamos un sector vivo y muy reivindicativo. Un sector que se ha estremecido con los cuantiosos cambios acontecidos y que vive a golpe de B.O.E. Hemos visto cómo operadores considerados como clásicos y primigenios, me refiero a las mutuas de accidentes de trabajo, cambiaron su estructura jurídica para convertirse en sociedades de prevención especializadas e independientes de su matriz para, veinte años después, ser privatizadas y poder competir en igualdad de oportunidades con el resto de operadores privados. Algo lógico y sobre todo justo en cualquier sociedad libre de mercado y un triunfo de todos y muy en particular, hay que decirlo, de la Federación Aspa.
En los primeros años de vida nuestro sector iba creciendo a medida que el mercado y nuestra economía crecían a ritmo vigoroso. Esto se prolongó aproximadamente hasta 2009, donde el sector empezó su retroceso significativo marcado, a mi juicio, por tres variables: la primera, la propia crisis económica cuyo mayor impacto fue en el sector llamado del ladrillo y que tuvo un efecto dominó en nuestra actividad de servicios. La segunda, para nosotros, fue asumir un convenio colectivo que elevaba nuestros costes de forma significativa y la tercera fue la aparición de la primera Estrategia Española de Seguridad y Salud que trajo la publicación y entrada en vigor de normas que, igualmente, elevaban ostensiblemente nuestros costes. Esto dio como resultado que un buen número de operadores privados abandonasen el sector y éste, a su vez, se reordenase.
Una vez que hemos interiorizado estos cambios duros y profundos de reconfiguración orgánica sectorial, hemos conseguido aspectos que podemos denominar como positivos aunque también nos quedan retos por delante para los próximos años que hemos de ir solucionando y afrontando con optimismo.
Creo honestamente que leyes como la de Garantía de Unidad de Mercado ha sido muy positiva y beneficiosa para nuestra seguridad jurídica. Porque precisamente si algo padecimos durante todos estos 20 años fue inseguridad jurídica motivada por la interpretación normativa de las diferentes administraciones competentes en nuestra actividad. La mayor expresión del triunfo de la lógica en un sector tan regulado como el nuestro es justamente la reciente publicación de dos reglamentos que podemos calificar sin ambages como muy buenos y me refiero a los recientes reales decretos publicados el 9 de octubre; el primero el que reforma el de los Servicios de Prevención y el segundo de ellos el que modifica el Reglamento de los Recursos Sanitarios, donde la Federación puso todo su empeño en convencer a la Administración para que esto fuese así. También hay que ser agradecidos y pese a los palos llevados en muchas ocasiones por normativa poco clara e interpretaciones administrativas ultra restrictivas, debemos agradecer el esfuerzo del legislador por publicar estos reglamentos en un periodo considerado ya de fin de legislatura que viene a darnos tranquilidad en nuestro funcionamiento.
Tenemos aún por delante retos y oportunidades por las que debemos seguir luchando y esforzándonos. Debemos elaborar -entre todas las partes negociadoras- un marco laboral realista y justo para mantener los puestos de trabajo de todos nuestros trabajadores y trabajadoras. Estamos ante una excelente oportunidad para consolidar nuestra actividad empresarial en la II Estrategia Española 2015-2020 en cuanto a convertirnos en un excelente aliado de la Administración proporcionando una sanidad de alto valor añadido para la sociedad ya que suponemos una red sanitaria muy eficaz, eficiente y sin coste alguno para la propia administración sanitaria. Igualmente, tenemos que ser capaces de hacer llegar a través de los currículos escolares en cada etapa educativa el valor de la seguridad y la salud en el trabajo y el papel que en esto desempeñamos las entidades especializadas. Debemos también poner en valor como dice algún compañero de Junta Directiva, la opción del servicio de prevención ajeno como la mejor forma de proteger a las personas que producen y la más eficaz para la empresa.
Creo, de verdad, que el sector y por tanto nuestras empresas van a vivir próximamente momentos de reconocimiento social e institucional pleno y la Federación Aspa, como dinamizadora de nuestro sector, va a seguir trabajando para que esto sea así. Espero que podamos felicitarnos todos dentro de otros veinte años en un sector hecho, consolidado y reconocido, pues ya estamos en la senda. Un abrazo muy fuerte.
Rubén Rodríguez. Federación Aspa