Lo paradójico de las utopías es que nos hacen crecer porque no se realizan. Su valor depende de la vigencia que les demos. Queda demasiado por explorar aún en el ámbito de la salud laboral.
Los estudios muestran que solo las organizaciones que se esfuerzan de forma sistemática por cuidar del bienestar y la salud de las personas como un fin en sí mismo consiguen seguir navegando con buen rumbo y responder parcialmente la pregunta sobre la felicidad que se plantea en este texto.
En suma, la empresa saludable no parece ninguna misión imposible. En todo caso, es una misión a largo plazo. Y así, presenta grandes oportunidades en el camino.
Cada vez son más las personas y las organizaciones que navegan hacia ese horizonte. Es más frecuente también encontrar empresas que designen un puesto o cargo de Responsable de Felicidad. Pero hay algo inquietante en ello: una organización saludable no se construye responsabilizando de ello a una sola persona.
La felicidad se construye cuando cada una de las personas que integran la empresa se responsabiliza. Y así, cada una cuida la salud de las otras, del mismo modo que otras cuidan de la de ella. Algo así como el romántico un pour tous, et tous pour un de Alejandro Dumas. Porque la felicidad o la salud en el trabajo son siempre compartidas. Y si no se comparten es porque en realidad no existen.
Fuente: theconversation
