
Principales clases de riesgos a considerar en una evaluación de riesgos y tipos de empresa para los que resulta relevante la evaluación de riesgos psicosociales
La evaluación de riesgos psicosociales no es secundaria ni subsidiaria de la evaluación de otros riesgos presentes en la empresa. En el proceso de evaluación de riesgos deben incluirse tanto los riesgos tradicionalmente considerados como los riesgos psicosociales, teniendo en cuenta el carácter peculiar de éstos y la confidencialidad que merecen en su tratamiento. Por tanto, en una evaluación de riesgos debe considerarse sistemáticamente la importancia de los siguientes apartados genéricos: evaluación de los riesgos de seguridad, evaluación de riesgos higiénicos, evaluación de riesgos ergonómicos, y evaluación de riesgos psicosociales.
Los riesgos psicosociales se pueden clasificar mediante diversos criterios en diferentes grandes grupos. Por ejemplo, y sin ánimo de ser exhaustivos, en función de su origen, pueden clasificarse en tres grandes grupos, el grupo de riesgos relacionados con la organización general del trabajo, los relativos a las tareas específicas de cada trabajador y aquellos relativos a las interacciones sociales de los empleados. Entre los riesgos psicosociales relacionados con la organización del trabajo, pueden considerarse la comunicación, participación, turnicidad, estilo de liderazgo o cambios tecnológicos. En cuanto a riesgos relacionados con la tarea específica del trabajador, existe acuerdo en la evaluación de factores de riesgos psicosocial como autonomía, atención, definición de rol, contenido de la tarea, formación para el puesto o presión de tiempo. En cuanto a los aspectos relativos a las interacciones sociales pueden considerarse las relaciones personales y de trabajo entre los empleados y las relaciones entre los empleados y personas relevantes externas a la empresa como los clientes o los proveedores.
Hay que señalar que, en ocasiones, es difícil diferenciar entre estos grupos de factores de riesgo y que siempre puede haber factores de riesgo como posibles problemas o disfunciones en la comunicación, que afecten al mismo tiempo a la organización general de trabajo, a las tareas del individuo y a la interacción social. Como ejemplo se puede decir que disfunciones en la existencia de canales de comunicación o el modo de funcionamiento de los mismos podrían ser un factor de riesgo psicosocial que afectara a la organización del trabajo y, sin embargo, las necesidades de comunicación o información de cada puesto se tendrían en cuenta dentro de las tareas específicas de cada trabajador.
Los riesgos psicosociales son relevantes en todos los sectores productivos (industria, construcción, servicios, administración…) y para todos los tamaños de empresa (sean grandes, medianas o pequeñas). Muchos puestos industriales tradicionales presentan un componente esencial de riesgos psicosociales (p.e., exposición a trabajo monótono y repetitivo, altas demandas de atención sostenida, presión debida al ritmo o método de trabajo, conflictos con los compañeros o una supervisión o dirección poco adecuadas). Sin embargo a medida que las empresas y los puestos se ubican más cerca del sector servicios (salud, enseñanza, hostelería y turismo, administración pública, oficinas, ventas…), a medida que implican y dependen más del trato y la interacción humana (p.e., trabajos de supervisión de personas, trato con clientes, intenso trato con compañeros…), que se ocupan de un trabajo más y más terciarizado (p.e., en industria donde el trabajo físico se sustituye cada vez más por un trabajo de control y gestión del proceso), y a medida que los riesgos tradicionales de seguridad e higiene van siendo más y mejor acotados y controlados, los riesgos psicosociales se van haciendo progresivamente más notorios. En algunas empresas y en algunos puestos los riesgos psicosociales son precisamente los riesgos más característicos e importantes que deben ser evaluados y considerados en su caso a la hora de planificar y adoptar medidas preventivas.
Fuente