La curva de Bradley es uno de los primeros y más conocidos intentos de acercamiento a la Cultura Preventiva. Nacida en la década de los 90 en la empresa química Dupont, plantea un espectro dimensional en el que la organización se puede situar, según la puntuación que obtenga en el proceso de valoración que consiste, en un cuestionario de percepción de seguridad, en el cual los miembros de la organización expresan su grado de posicionamiento respecto de una serie de 27 preguntas tipo Likert.
Las preguntas realizadas se enfocan en torno a tres ejes que son elementos comunes y esenciales de la cultura de la empresa, aplicadas en este caso a la seguridad y salud en el trabajo: liderazgo, estructura y procesos.
La clasificación de la empresa se realiza conforme a cuatro posibles resultados según la siguiente gráfica:

La Curva de Bradley analiza la madurez progresiva de una cultura de seguridad al observar un espectro de comportamientos y mentalidades que van desde reactivas, donde no existen medidas de seguridad reales, a una mentalidad orientada al equipo o interdependiente. A medida que una cultura pasa del comportamiento reactivo a la interdependencia, el número de incidentes disminuye mientras que la productividad y la cultura mejoran.
La Curva de Bradley hace que todos entiendan de manera fácil los cambios en la mentalidad y las acciones que deben ocurrir en el tiempo para desarrollar una cultura de seguridad madura.
- Fase Reactiva
Las personas no toman responsabilidad. Creen que la seguridad es más una cuestión de suerte que de gestión, y que “los accidentes suceden”. Y con el tiempo, de hecho, lo hacen.
- Fase Dependiente
Las personas ven a la seguridad como una cuestión de seguir las reglas que otras personas establecen. Las tasas de accidentes disminuyen, y la dirección cree que la seguridad podría manejarse “si tan solo la gente siguiera las reglas”.
- Fase Independiente
Las personas toman responsabilidad por ellos mismos. Creen que la seguridad es personal, y que pueden marcar una diferencia con sus propias acciones. Esto reduce aún más los accidentes.
- Fase Interdependiente
Los equipos de empleados se sienten dueños de la seguridad, y toman responsabilidad por sí mismos y por los demás. Las personas no aceptan bajos estándares y la asunción de riesgos. Conversan activamente con otros para comprender su punto de vista. Las personas se sienten con la facultad para tomar las acciones necesarias para trabajar con seguridad. Creen que la verdadera mejora solo se puede alcanzar como equipo, y que la meta de cero lesiones es alcanzable. La organización, como un todo, advierte los significativos beneficios empresariales de mejorar la calidad, aumentar la productividad y la obtención de mayores ganancias.