
¿Quién alguna vez no vió elementos como cascos, guantes o gafas de seguridad en algún trabajo? Puede pasar que los hayan vistos en obras en construcción, u algún otros establecimiento laboral. Los profesionales, auxiliares o estudiantes que integramos el mundo de la Prevención de los Riesgos Laborales los llamamos Elementos de Protección Individual (EPI) o Elementos de Protección Personal (EPP).
Cumplen una función específica: brindar protección al trabajador u operario frente a los riesgos a los que se encuentra expuesto en su lugar de trabajo. En situaciones donde al riesgo no se lo puede eliminar, aislar o minimizar, los EPI o EPP aparecen como última instancia de protección para el trabajador. Siempre se toman como última opción, ya que las opciones anteriores brindan mayores garantías de seguridad y de cuidado de la salud.
Si nos pusiéramos a nombrar todos estos elementos de protección, alguna persona podría pensar en las Fajas Lumbares. Para aquellos que no las conozcan, son similares a las Fajas Sacrolumbares, con la diferencia de que las primeras cuentan con unos tirantes que pasan por los hombros. Generalmente, suelen usarse en ámbitos como las obras de construcción o en alguna industria en particular con un determinado objetivo: proteger la espalda durante el levantamiento manual de cargas pesadas.
Ahora bien, si bien se cree que brinda protección frente a los esfuerzos a los que la espalda se deba someter, la Fundación Argentina de Ergonomía (FADE) plantean lo siguiente:
“Lo cierto es que según los estudios realizados, no se ha encontrado hasta ahora evidencia alguna que justifique, que el usar fajas para la espalda mejore la seguridad de la misma.”
Como verán, no resulta una posición favorable frente al uso de las fajas. Y es que el razonamiento es el siguiente: si la posición de la espalda para levantar una carga pesada está mal, el sobresfuerzo no se verá alivianado con las fajas lumbares. ¿Cómo se debe posicionar la espalda para levantar este tipo de cargas? De forma recta, tomando la carga lo más cercano de nuestro punto de gravedad y flexionar las rodillas para que el esfuerzo recaiga en ellas al levantarnos.
Pero, ¿De qué “estudios realizados” está hablando la ésta federación? Entre 1996 y 1998, El Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de los Estados Unidos, realizó unos estudios que se publicaron en la revista médica Journal of the American Medical Association recién en el año 2000. Los estudios referidos se basaron en el análisis de 9,377 empleados, distribuidos en 160 abiertas de una gran cadena nacional en Estados Unidos. Los resultados fueron los siguientes:
- “Las razones de la lesiones en la espalda, entre los que usaban las fajas a diario (3.38 casos por cada 100 empleados) y los que no (2.76 casos por cada 100).”
- “La incidencia de dolores de espalda entre los que portaban dichas fajas de manera diaria (17.1 porciento) y los que no (17.5 por ciento).”
- “En el promedio de reclamos por lesiones en la espalda en tiendas en las cuales el uso de la faja era obligatorio (2.98 casos por cada 100) y el promedio en las tiendas donde era voluntario (3.08 casos por cada 100).”
Los resultados hablan por sí solos, las variaciones no son significativas ni justifican una inversión de dinero en estos elementos. Frente a este panorama, NIOSH recomienda las siguientes medidas a seguir por las empresas:
- Una evaluación de las actividades para asegurarse que las tareas puedan ser completadas sin exceder las capacidades físicas del trabajador.
- Incorporar entrenamientos amplios y continuos para los trabajadores en la mecánica del levantar y sus técnicas.
- Proveer un programa de vigilancia para identificar problemas musculo-esqueletales potenciales relacionados al trabajo
- Incluir un programa de gestiones médicas.
Resulta interesante plantearse estos tipos de reflexiones para los que habitamos el mundo de la Prevención de los Riesgos Laborales. El asesoramiento que busquemos dar a los clientes que nos contraten tiene que ser riguroso, ya que nuestra credibilidad se pone a prueba. Siempre debemos asegurarnos de que las medidas de seguridad respondan a los riesgos que se presentan, y que muestren resultados satisfactorios en los seguimientos que se realicen. Porque si nos descuidamos en estos aspectos, atentamos (No voluntariamente, claro) contra la salud de los seres a los que buscamos cuidar: los trabajadores. Ante todo, primero los datos.
Para más información, recomiendo consultar los siguientes links, con las citas y estudios referidos: https://www.cdc.gov/niosh/updates/beltinj.html y https://www.fadergo.org.ar/noticias/item/156-cinturones-para-la-espalda-o-faja-lumbar-de-seguridad
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