
Reconocer la diversidad en la fuerza de trabajo, incluidas las diferencias de género, es esencial para garantizar la seguridad y la salud tanto de los trabajadores como de las trabajadoras. Aunque se han realizado algunos progresos en este ámbito, la OIT considera que se puede y debería hacerse más. Las diferencias de género deben ser tenidas en consideración en el desarrollo de políticas y estrategias de prevención y políticas sobre seguridad y salud en el trabajo (SST). Este enfoque reconoce y pone de manifiesto las diferencias entre los trabajadores y las trabajadoras, para identificar los peligros y riesgos y aplicar soluciones eficaces.
Un enfoque sensible a la cuestión de género reconoce que, dados los distintos trabajos que realizan los hombre y mujeres, los distintos roles que desempeñan en la sociedad, sus expectativas y responsabilidades, las mujeres y los hombres pueden verse expuestos a riesgos físicos y psicológicos que en ciertos casos requieren diferentes medidas de control y prevención. Este enfoque mejora también la comprensión de la manera en que la división del trabajo según el género, las diferencias biológicas, los modelos de empleo, los papeles sociales y las estructuras sociales contribuyen en su conjunto a modelos de peligros y riesgos del trabajo específicos de género. Para que las políticas y las estrategias de SST sean efectivas tanto para mujeres como para hombres, debe tenerse en cuenta esta dimensión y dichas políticas deben basarse en información más detallada