
La picaresca a la hora de evitar sanciones por parte de los empresarios cuando se produce un siniestro laboral está a la orden del día. En Madrid, es imposible convencer con otra versión de los hechos de cómo se produjo el accidente.
La Policía Municipal, aunque muchos lo desconocen, también tiene policía científica. Dentro de este departamento, entre otras secciones, se encuentra el área de Inspección Técnica Policial, o lo que es lo mismo, el CSI del Cuerpo Local.
Una de sus principales funciones es la de proceder al levantamiento del cadáver con el acompañamiento de un juez de guardia cuando se ha producido un homicidio en el ámbito laboral o cuando lo determina el juez. Para delitos graves como asesinatos se ocupa la Policía Nacional, pero todos los siniestros laborales se analizan en los despachos de Plomo, 14.
La construcción, donde más se oculta
Cuando estos especialistas asisten al lugar del accidente realizan un reconocimiento fotográfico y elaboran un informe pericial casi cien por cien fiable de cómo se desarrolló la tragedia. Y es que, según informan, «se dan muchos casos en la construcción donde los jefes intentan ocultar las causas».
Este es un grupo multidisciplinar que cuenta con 14 peritos dedicados a diversas funciones. Además de trabajar la siniestralidad laboral básica llevan nuevas tecnologías, estafas a través de internet, delitos tecnológicos, colaboración en atestados por omisión de socorro, propiedad industrial e intelectual, delitos de usurpación de fincas, robos, hurtos y violencia sobre la mujer.
Fiabilidad al 100 por 100
Es un servicio referente para la reconstrucción e investigación técnica en hechos delictivos. Su fiabilidad es casi 100% segura. Utilizan Google Sketch Up para reproducir el accidente. Suelen tardar días en elaborarlo. «Retratamos cómo se ha desarrollado en base a las evidencias», explican.
Generalmente dan el aviso por la emisora. Les dan los datos donde se ha producido el siniestro y salen con su maletín a la escena del crimen. En el equipo llevan testigos numéricos, mono de esterilización, mascarillas, guantes, pinzas, linternas, cámara fotográfica, medidor láser y un equipo de necroidentificación para huella dactilar.
Tendencia ascendente en siniestralidad
Tienen dos maletines: el limpio -para la recogida de evidencias biológicas, por ejemplo un atropello con fuga- y el de revelado de huellas con polvos para distintas superficies. Una vez analizado el espacio se envía al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Las Rozas.
Este departamento de especialistas depende de la Subinspección Central de la Policía Judicial.
Fuente: ABC