
Una de las mayores paradojas del ser humano del siglo XXI es que, a pesar de nuestra inteligencia, seguimos usando solo media cabeza para trabajar y dirigir personas.
Y digo seguimos usando porque, tradicionalmente, arrastramos una tradición tan racionalista que solo permitimos el uso de la media cabeza al que se le atribuye la lógica, el análisis, la seriedad, el rigor, la planificación y la ejecución.
Estas funciones se suelen atribuir al cerebro izquierdo, que además es verbal, secuencial y lento (quizá por ello le metemos tanta presión).
Este hemisferio cerebral es considerado en el ámbito empresarial (aunque también en el educativo) el único “apto” para desplegar en tiempo laboral o de estudio.
De forma que al hemisferio cerebral derecho, más asociado con el procesamiento global, metafórico, intuitivo, emocional y creativo se le ha relegado a un segundo plano, incluso hay empresas en las que se solicita “su desconexión”.
Y no digo que no haya que usar el cerebro izquierdo. Por supuesto que hay que utilizarlo, y mucho.
Pero si olvidamos el cerebro derecho estamos privando a las personas y las organizaciones de todas esas funciones tan necesarias en el mercado actual.
Necesitamos más que nunca la creatividad, la innovación, la flexibilidad, el sentido del humor, la capacidad de adaptación, el trabajo en equipo y las conductas de colaboración que van más allá del rol estrictamente contratado.
Estamos hablando también de engagement, optimismo inteligente, autoeficacia, gratitud, resiliencia, atención proactiva al cliente, prevención de riesgos psicosociales y, en definitiva, de promoción de la salud laboral y de excelencia en los resultados de forma sostenible.
Todos estos factores se potencian y multiplican cuando permitimos trabajar al cerebro en su totalidad y a pleno rendimiento.
Para ello es necesario, no solo consensuar objetivos, planificar y ejecutar desde la fría lógica y la razón, sino que también es imprescindible generar contextos de apoyo, reconocimiento, seguridad psicológica, comunicación constructiva, propósito y orgullo de pertenencia al grupo, equipo y organización.
Es más necesario que nunca explicar cómo contribuye cada colaborador al logro de una totalidad, de un producto y un servicio que procura la satisfacción y beneficio del cliente final.
Es más necesario que nunca tener en cuenta las motivaciones y necesidades individuales y colectivas para alinearlas de manera justa y coherente.
Es más necesario que nunca exigir resultados siendo generosos con el valor entregado a cambio, reconociendo el esfuerzo, la paciencia, la honestidad y la perseverancia.
Debemos ser fríos y duros con los objetivos pero cálidos y suaves con las personas, incluyéndonos a nosotros mismos.
Hay suficiente evidencia teórica y empírica de que el trabajo realizado con aceptación, disfrute y propósito es muchísimo más rentable que el realizado con resignación, mecánico y sin sentido.
Y todo esto solo se consigue integrando ambos hemisferios cerebrales, con inteligencia emocional ética.
Es decir, trabajando con toda la cabeza (que para eso la tenemos), a todos los niveles de la organización (individual, grupal, organizacional) y, especialmente, en los niveles jerárquicos superiores.
Lo mejor de todo es que trabajar de esta manera cuesta poco y vale su peso en oro, ya que hablamos de comportamientos, básicamente.
Por último, si además podemos permitirnos alguna inversión en mejorar infraestructuras y servicios en pro del bienestar de las personas, estaremos redondeando la integración funcional del mayor número de cerebros en nuestra empresa.
Imagínate lo que supondría para una organización duplicar el número de cerebros que trabajan en beneficio de la excelencia en los resultados, sin necesidad de duplicar la plantilla.
Y si eres emprendedor/a (o estás pensando en emprender) todavía es más urgente que integres razón y emoción para poder llevar con mayor eficacia (y salud) la montaña rusa socio-emocional típica de este perfil laboral.
¿Y tu empresa, todavía usa solo media cabeza?
*Si quieres profundizar en contenidos similares puedes leer “La Palanca del Éxito, SL: activa tu inteligencia emocional y relánzate”, en formato papel o ebook, libro que colabora con la labor social de Fundación Novaterra.
**En el vídeo, al inicio de este post, te explico el por qué y para qué de este libro.