Las empresas buscan empleados de alto rendimiento, sanos, felices, que aporten valor y que se sientan como parte del negocio y como tal, lo generen. Estas exigencias empresariales están desarrollando en los trabajadores unas demandas relacionadas directamente con los riesgos psicosociales (especialmente estrés y burnout), que está afectando a la retención del talento, a la implicación estratégica y sobretodo, a la salud de los trabajadores, dado que se requiere de una actuación individual y eficaz y la respuesta que se le está dando es global.
Si a todos estos ingredientes les sumamos la problemática generacional, nos damos cuenta de que la necesidad existe y que la única respuesta que podemos dar es personalizada e incluida en un proyecto común.
Antiguamente, las necesidades se podían ir resolviendo en colectivos ya que las respuestas entre trabajadores eran muy parecidas, y el sentimiento de pertenencia muy fuerte; por lo que el propio trabajador entendía que era imposible que sus necesidades particulares fueran tenidas en cuenta y por tanto, resueltas a nivel particular, dado que la prioridad del negocio era crecer económicamente y ellos, una simple pieza que contribuía a ese fin.
Hoy en día, con las estrategias de RRHH, la potenciación de la misión y visión como elemento diferenciador respecto a la competencia, y la potenciación social en las redes sociales del “yoísmo” como elemento personal diferenciador; están provocando cambios a la hora de entender el trabajo y el modo de compatibilizarlo con la vida personal. Ahora nos encontramos con trabajadores que buscan ser felices dentro del puesto de trabajo, en ambientes laborales positivos y que les hagan crecer en empresas que les valoren y se lo hagan notar. Son conscientes de que más de el 50% de su día despierto empleado en el trabajo, es demasiado valioso como para desperdiciarlo en un proyecto donde ellos no cuentan, donde sus necesidades personales no son resueltas y donde no reciben respuesta ante incidencias por las interacciones entre el contenido, la organización y la gestión y sus funciones laborales. Estas interacciones son las que dan lugar a los riesgos psicosociales.
El coaching empleado dentro de RRHH y PRL puede ser utilizado como una herramienta diferenciadora que aporte valor al negocio. Acompañar al trabajador en la búsqueda de soluciones dentro de su puesto de trabajo, usando sus propias herramientas y basándonos en ese darse cuenta para marcar objetivos laborales alcanzados con los propios recursos (experiencia, conocimiento e intuición), nos ayuda en dos ámbitos:
- Potenciar al trabajador en el sentimiento de capacidad y dándole respuesta a sus necesidades psicológicas, que le afectan en su desarrollo personal y laboral. De este modo, generamos ese sentimiento de pertenencia, reteniendo el talento y generando empresas saludables también desde un punto de vista psicológico, elemento generalmente olvidado por las organizaciones.
- Y por otro, dando a la empresa la oportunidad de conocer cuales son los riesgos que inciden más en su colectivo, cuales están arraigados y cuales se pueden prevenir, al ser conocedores de qué elementos personales y/o organizativos necesitan nuestros empleados para aprender a gestionarlos y prevenirlos en su origen.
Es por ello que las empresas tienen que ser conscientes que del mismo modo que la respuesta a estos riesgos psicosociales es personal, ya que depende de las capacidades, los recursos, la situación laboral, la estructura de la empresa o la forma de gestionar el trabajo; la respuesta que debemos darle al trabajador tiene que serlo también. Ya que en algunos casos la necesidad estará en el propio trabajador (por lo que tendría que ser acompañado por un coach personal), en otros casos ser necesaria una actuación a nivel de departamento (coaching de equipos), en otros será necesaria la actuación en la organización laboral de la empresa (coach organizacional) y en otros a través de una actuación desde Dirección general por un cambio estratégico ( cuya intervención tendrá que ser, sin lugar a dudas, con un coach ejecutivo) .
El amplio abanico que nos abre el coaching en el mundo de la prevención de riesgos laborales, nos hace ser conscientes de que desarrollar una empresa saludable significa abarcar todo el ámbito de un trabajador, y sin lugar a dudas, también su parte psicológica.
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