
La fe tiene una característica hermosa, pues una vez que tenemos fe el algo o en alguien, disminuye nuestra ansiedad, nuestra preocupación por que nos suceda algo no deseable o que ponga en riesgo nuestra seguridad o nuestra vida.
Se imaginan ustedes subirse cada día a su carro y saber ¿qué todo va a funcionar bien? ¿O subirnos a un ascensor, o utilizar una máquina podadora y saber que no saldremos dañados por que una pieza se rompe y que nos pueda golpear y lastimar?
El trabajo serio y comprometido de todos los que participan en la prevención y en el cuidado de los demás, es lo que incrementa la confianza y la fe en nosotros, en nuestras empresas y en nuestros productos.
En México la pandemia del Covid19 inició el 28 de febrero de 2020, cuando se confirmó el primer contagiado. El miércoles 23 de marzo las autoridades educativas mandan la orden de que se cierren todas las escuelas y colegios del país y a partir del 24 todos los maestros y estudiantes a sus casas a guardarse del virus y a trabajar en línea.
El reto a vencer ahora, fue el de cómo prepararnos para reabrir los colegios privados en el mes de septiembre de 2020.
La respuesta: apoyarnos en los especialistas en el área, equipar los colegios con los equipos y materiales adecuados y sobre todo, iniciar toda una campaña de capacitación a los maestros, de tal manera que tuvieran Fe en nosotros como sus directivos y en los especialistas que los capacitaron, tanto en la información, como en la aplicación de los protocolos -más de 90- que se empezaron a implementar en el colegio, en los patios, los salones, baños, etc.
El segundo objetivo, fueron los padres, lograr que confiaran en nosotros como personas, como directivos y que decidieran enviar a sus hijos de manera presencial para no perder el proceso de aprendizaje que estaba deteriorándose a pesar, del uso de plataformas digitales.
Hablamos de fe, de confianza, de seguridad, no sólo en sus directores, también en sus maestros, los demás niños, los demás padres, confiar en que todos serían honestos, que todos cumpliríamos los protocolos de seguridad y que las mascarillas, las cabinas inhibidoras y los demás equipos que se instalaron hicieran su función correctamente.
Ahora, a más de dos años de ese septiembre de 2020, en que abrimos los colegios a un retorno paulatino a las clases presenciales, podemos decir que no tuvimos un solo contagio entre nuestros maestros, entre el personal de apoyo, ni entre los niños y jóvenes del colegio, -más de 600 entre ambos colegios- y que logramos incrementar la fe de los padres en nosotros, a lo largo del ciclo 2020 – 2021.
Logramos disminuir esa angustia de las mamás de que sus hijos se fueran a contagiar, logramos que los maestros confiaran en nosotros, en los especialistas y en los equipos, para incrementar su fe, disminuir su ansiedad y angustia y minimizar los efectos emocionales y afectivos que los medios de comunicación, el gobierno y la misma sociedad transmitían diariamente.
Empacamos bien el paracaídas de cada maestro y cada estudiante
Un piloto de aviones y excombatiente norteamericano de Vietnam, se dedicaba a dar conferencias y charlas sobre su experiencia en la guerra, en donde había sido derribado una vez y haber sido prisionero. Un día al terminar su conferencia, se le acerca una persona y le dice: ¿funcionó bien verdad? El piloto desconcertado y sorprendido, le pregunta sobre quién es él y a que se refiere con su comentario.
La persona se presenta y le dice que él era el encargado de doblar y empacar su paracaídas, el que le salvó la vida cuando fue derribado y posteriormente haber sido hecho prisionero.
A partir de esa experiencia, sus conferencias las iniciaba con esta pregunta: ¿sabes quién empaca tu paracaídas?
Esta historia debe movernos a hacernos cada día la misma pregunta: ¿quién empaca mi paracaídas?
- ¿Lo conozco?, ¿le he agradecido? ¿le he reconocido su trabajo?
- ¿a quién le preparo yo su paracaídas? ¿tengo conciencia del valor que mi trabajo tiene en la vida de los demás, en su seguridad física y emocional?
- ¿Tengo conciencia de que mis acciones comprometidas están disminuyendo el stress, las enfermedades psicológicas y emocionales en los demás?
Las personas necesitamos creer en los demás, confiar en que están haciendo bien las cosas, que somos confiables a los demás.
Trabajar en la prevención y en la seguridad de los demás, tiene un valor que la sociedad en general no lo ha dimensionado, sin embargo, los especialistas siguen trabajando para tener mayores niveles de seguridad en la vida, ya sea en los alimentos que consumismos, en los objetos que utilizamos a diario, en las máquinas con las que convivimos y en todo lo que nos rodea.
No hay nada más tranquilizante que saber que alguien se encarga de mi seguridad y lo está haciendo bien
Saludos desde Saltillo, Coahuila, México
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