
La calidad de tu comunicación está íntimamente ligada a la calidad de tu prevención, especialmente la relacionada con los factores psicosociales.
Habitualmente focalizamos nuestra comunicación en el “qué” hay que hacer para obtener una buena prevención. La realidad es que pocas personas llevan a cabo las conductas que planteamos.
Lo que ocurre es que poner el foco solo en el “qué” es obviar parte de la ecuación que obtiene los resultados deseados.
La ecuación que más nos acerca a la solución, desde mi punto de vista, es ésta:
R * EP ≅ C
Donde la variable “R” es la razón. Qué comunicamos, qué queremos que se lleve a cabo para una correcta prevención. Es dónde nos posicionamos habitualmente en la mayoría de empresas.
La variable “EP” es la emoción positiva; cómo comunicamos, cómo llegamos a las personas. Es lo que habitualmente obviamos en la mayoría de empresas.
La variable “C” seria el comportamiento deseado, donde C es igual a cero si R ó EP son igual a cero (no digamos nada si tienen valores negativos).
De esta forma, a mayor razón (‘qué o cuánto comunicamos’) o mayor emoción positiva (‘cómo comunicamos’) haya en nuestra ecuación, más nos vamos a aproximar a las conductas esperadas.
¿Y cómo conseguimos potenciar la variable “EP” de la ecuación?
El camino más corto es aumentar la permeabilidad de directivos y mandos intermedios, desarrollando habilidades ‘no cognitivas’:
- Comunicación no verbal
- Empatía
- Escucha activa
- Asertividad
- Coherencia
- Honestidad
- Reconocimiento de conductas positivas
- Refuerzo del sentimiento de pertenencia al equipo y la organización
- Celebración de los buenos resultados
- Atención general a necesidades motivacionales (reto, confianza, desarrollo, contribución, etc.)
No es necesario que me creas, solo tienes que probarlo.
Por supuesto el resultado no viene de la noche a la mañana, pero si no empiezas ahora mismo nunca lo conseguirás.
Puedes iniciarte de forma sencilla y amena en la mejora de tus habilidades ‘no cognitivas’ con este accesible curso que hemos diseñado en prevencionar.
Es muy útil para prevencionistas, jefes, mandos intermedios y, en general, para todas aquellas personas que trabajan con personas.
Cuantos más compañeros despleguemos estas habilidades en la empresa, mayor valor estaremos poniendo en la variable “EP” de la ecuación y, por tanto, mayor aproximación a los comportamientos deseados.
¿Empezamos ya, o nos seguimos quejando?