
Autores: José Manuel Vicente Pardo
1 , Araceli López-Guillén García
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1 Cátedra de Medicina Evaluadora y Pericial de la UCAM. Jefe Unidad Médica Equipo Valoración Incapacidades. Instituto Nacional de la Seguridad Social. Gipuzkoa. España.
2 Cátedra de Medicina Evaluadora y Pericial de la UCAM. Inspector Médico Unidad Médica Equipo Valoración Incapacidades Instituto Nacional de la Seguridad Social. Murcia. España.
Se cumplen tres años de la declaración de la pandemia y el estado de alarma para atajar la crisis sanitaria, contener la progresión de la enfermedad, reforzar el sistema sanitario y actuar para mitigar el impacto sanitario y social, que al menos durante los primeros seis meses provocó un grave colapso sanitario, social y económico.
Cuando parece pronto diremos adiós a la pandemia ¿qué persiste?
- Una enfermedad emergente la COVID Persistente
- Un deterioro de la salud laboral
- Un deterioro de la prevención de riesgos laborales
- Una crisis sanitaria
- Una crisis socio-económica

a) Una enfermedad emergente la COVID Persistente.
Tras la COVID apareció una nueva enfermedad denominada de diversas maneras: la COVID Persistente, el Síndrome Post COVID19 (INSS), COVID prolongado o Long Covid o condición post Covid (OMS). Diferentes denominaciones para referirse a una misma enfermedad multisistémica definida por la aparición de múltiples síntomas que no pueden explicarse por otro diagnóstico, que permanecen trascurridos al menos tres meses tras la infección, que pueden seguir un curso continuado persistente o con tendencia a la mejoría, o cursar en brotes fluctuantes reapareciendo al tiempo.
A día de hoy, seguimos sin conocer su causa ni tratamiento específico, y en el ámbito de lo laboral no disponemos de un protocolo consensuado y homogéneo de valoración de la capacidad/incapacidad laboral1, siendo como es un proceso de difícil valoración de la capacidad laboral, pues la fatiga, la astenia, la dificultad para respirar (disnea), las palpitaciones (taquicardización al ejercicio o sin él), los trastornos del ánimo y del sueño, la confusión mental (niebla mental), el dolor muscular, articular o torácico, que son algunos de sus síntomas más incapacitantes no son de fácil objetivación y además obviamente dificultan el retorno al trabajo en condiciones saludables2.
A los meses de presentado lo habitual es que curse con una normalización de los hallazgos disfuncionales en pruebas funcionales complementarias (PFR, ECO, ECG), pruebas de imagen (Rx. u otras), analítica u otras referencias (Saturación de 02, PCR, etc.), pero cuando el paciente sigue refiriendo síntomas se convierte entonces en un proceso que expresa más subjetivad, que daño objetivado en pruebas funcionales o exploratorias lo que hace más difícil determinar si se está ya capacitado para el trabajo o no. En otras ocasiones, aunque las menos, los síntomas suponen una mala calidad de vida y unas secuelas muy limitantes con un carácter prolongado cuando no permanente, en el que está comprometido el retorno laboral. En algunos casos los síntomas reaparecen estando recuperado y trabajando, lo que hace cuestionarse de nuevo su capacidad laboral. Se ha advertido, aunque es muy poco frecuente, como la reparación de los síntomas de COVID Persistente se sucede tras reinfección.
En cualquier caso, incluyendo los de evolución más favorable, salvo curación o desaparición continuada de la sintomatología, no hay restitución ad integrum funcional, así que pueden presentarse algunos síntomas que aún no incapacitantes o impeditivos para el trabajo, si pueden limitar algunas actividades y mantienen una mala calidad de vida.
Por ello es prioritario una correcta valoración preventiva de riesgos y vigilancia de la salud, para que trabajar no agrave los síntomas, o provoque su reaparición, procurando la adaptación temporal laboral a la nueva condición de salud adquirida, cuando así se estime.
La COVID Persistente sigue siendo una enfermedad desconocida en sus causas, infradiagnosticada e infratratada, pues no se generalizó la creación de unidades específicas integrales de tratamiento y rehabilitación lo que supuso un detrimento de la salud y de las condiciones de vida y una menor o más lenta recuperación de los afectados, quienes tienen la precepción de ser silenciados o “no creídos” y no haber obtenido respuestas las demandas que como colectivo exigieron a la administración.
b) Deterioro de la salud laboral
Asistimos a un incremento de las bajas laborales, tanto en su incidencia como en su duración, (con el 2020 anómalo por la pandemia) siendo cómo es la incapacidad laboral un indicador de salud laboral, debiéramos de considerar que efectivamente persiste un deterioro de la salud laboral3, aunque ya las bajas por COVID sean escasas, pero se han disparado las bajas por trastornos musculoesqueléticos y de manera significativa por enfermedad mental.
DATOS IT Seguridad Social
Año |
Incidencia por mil trabajadores |
Duración media días |
2022 |
INSS |
32,53 ‰ |
41,00 |
MUTUAS |
32,65 ‰ |
35,97 |
2021 |
INSS |
25,11 ‰ |
49,73 |
MUTUAS |
44,58 ‰ |
48,62 |
2020 |
INSS |
19,22 ‰ |
50,88 |
MUTUAS |
21,81 ‰ |
48,59 |
2019 |
INSS |
24,57 ‰ |
43,46 |
MUTUAS |
38,63 ‰ |
34,72 |
2018 |
INSS |
24,98 ‰ |
38,81 |
MUTUAS |
27,05 ‰ |
36,48 |
La escalada en el absentismo por incapacidad temporal debe contemplarse como un deterioro de la salud, no sólo como un incremento del gasto, o, peor aún como una desviación que esconde un abuso, Contemplada esta escalada de las bajas como un deterioro de la salud se precisa de acciones de mejora sanitaria no sólo de acciones de control. Acciones preventivas en el entorno laboral y sanitario para evitar que el deterioro de la salud aboque en incapacidad (prevención 1ª), acciones preventivas cuando la incapacidad haya sobrevenido con atención sanitaria temprana en tiempo y forma, para procurar un pronto restablecimiento de la salud perdida (prevención 2ª), acciones preventivas para promover un retorno laboral adecuado, procurando entornos saludables, para que el trabajo no sea causa de incapacidad o de reagudización de proceso previos (prevención 3ª).
Más prevención de la incapacidad y no solo combatirla4
En el deterioro de la salud laboral merece destacar, como anunciábamos, el elevado número de procesos mentales trastornos adaptativos, trastornos del sueño, ansiedad, depresión; siendo la 2ª causa desatacada en incapacidad temporal, tras los trastornos musculoesqueléticos. Se estima en un 33% el aumento de las bajas por salud mental. Este deterioro de la salud mental pudo tener causa en los tiempos del confinamiento obligado por la pandemia, confinados en un entorno doméstico no siempre deseable, y a veces indeseable; la pandemia obligó a cambios sociales, con restricción de los contactos interpersonales, así como a una incertidumbre vital, no ajena de cierto alarmismo latente que ha calado en la población. Pero es la precariedad laboral con trabajos temporales, mal pagados, la obligada prestación de varios trabajos simultáneos para subsistir y la incertidumbre económica, lo que añade miedo y falta de esperanza en un futuro cercano con regreso a la normalidad prepandémica, cuando menos, lo que genera altos niveles de ansiedad y depresión en la población trabajadora.
c) Deterioro de la prevención de riesgos laborales.
Tanto des de los agentes sociales como desde el propio gobierno existe acuerdo en que se precisa una reforma urgente de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, así como se ha establecido una Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo5 destacando como prioritario la salud mental, la prevención del cáncer de origen profesional, la mejora de protección de colectivos vulnerables con mayores tasas de siniestralidad o el impulso de la perspectiva de género en materia de prevención de riesgos laborales y salud laboral. La finalidad de la Estrategia, es orientar políticas públicas que mejoren la prevención de riesgos laborales, conscientes de que hay mejorar el entorno laboral para que sea un espacio seguro y saludable. Es decir, conscientes de que hay un deterioro en la prevención que es preciso subsanar. Partíamos de unasiniestralidad laboral, que ha ido en progreso tanto en accidentes con baja como sin baja. Y en cuanto a la enfermedad laboral es en el apartado del cáncer con origen el trabajo donde más infradeclaración sucede.
La pandemia marcó la implementación del teletrabajo pasando tras el confinamiento y la desescalada que obligaba a esta modalidad de trabajo, a ser una práctica extendida en las empresas. Sin que las medidas pararegular horario, dedicación y riesgos, hayan hecho de esta modalidad nueva de trabajo desde casa un entorno seguro y saludable, pues ha supuesto un aumento de los riesgos psicosociales, en un espacio, como es el doméstico, de difícil control, con altas posibilidades en algunos trabajos que la sobrecarga de trabajo y la jornada extendida más allá de lo reglamentario, así como la no desconexión laboral, y la falta de relación interpersonal directa, fomenten el deterioro de la salud mental, con la aparición de proceso de estrés, ansiedad, trastornos del sueño y depresión.
Por otra parte, un fenómeno nuevo se ha hecho evidente en algunos trabajos, la sisifemia6, una pandemia de sistemas de producción y organizaciones con sobrecarga mental desmedida.
En estos tiempos en los que el sector sanitario denuncia no puede más aunque hace todo lo más que puede; la generación Z que quiere trabajar menos para poder vivir más y mejor; en que se observa un deterioro acusado de la salud mental en la población trabajadora, constatándose un aumento en el consumo de ansiolíticos y antidepresivos, e hipnóticos; en los que a la inspección de trabajo se le envía a realizar campañas de control de horas extras en determinados sectores; en los que progresa día a día el número de trabajadores de determinados colectivos que renuncia o presenta su dimisión al trabajo; en que se lucha contra el trabajo casi gratis y precario de los becarios; en que se propone la jornada semanal de cuatro días; en que sectores como el de consultorías, auditorías, bufetes de abogados, sanidad, comunicación y otros se quejan de descontrol horario; la sisifemia y sus consecuencias dañinas para la salud mental y física derivada de determinadas prácticas de las empresas y organizaciones está de radiante actualidad, debiendo actuarse en prevención para evitar la aparición de la sisifemia y de las enfermedades que de ella puedan derivarse, ansiedad, depresión, insomnio, consumo de tóxicos (OH y otros), dependencia de psicofármacos, astenia, burnout, trastornos cardiacos, arritmias, infarto, procesos vasculares, hipertensión, procesos vasculocerebrales, cefaleas, dolores de espalda, obesidad, diabetes, o enfermedades de la piel.
Entendida la sisifemia como el agotamiento del trabajador incansable por objetivos diarios inagotables e inalcanzables que obligan a prolongar jornada y condenan a dedicación extenuante y que provoca o la pérdida de salud por el trabajo o dejar de trabajar antes que la perder el trabajo o como estamos viendo que en la elección de trabajo se busquen especialidades “cómodas” o que se emigre al extranjero, donde una profesión puede estar mejor pagada y valorada. En la sisifemia hay una grave responsabilidad empresarial in vigilando, y un elevado riesgo de desarrollar enfermedades psíquicas o físicas de graves consecuencias para la salud y que exigen medidas de prevención urgentes y adecuadas.
Las consecuencias de la sisifemia serán perder la salud por trabajar o dejar de trabajar antes que perder la salud.
d) Crisis sanitaria
La COVID 19 colapsó el sistema sanitario en los momentos iniciales más críticos (los primeros seis meses) y luego lo haría puntualmente con ómicron y la sexta ola. Pero la actual crisis sanitaria, tres años después, es reflejo de una crisis estructural prepandémica, en que la pandemia agravó, sin que desde la administración se haya hecho nada práctico por solucionarla. La situación de conflictividad explosiva en el sector es fiel resultado de malas políticas sanitarias que hacen que persista una situación que desestabiliza el sistema incapaz de dar respuestas a las demandas sanitarias de la población con un aumento de las listas de espera que deteriora la atención, e incapaz de dar respuestas a las demandas de los sanitarios, sumergidos en algunos de sus sectores esenciales en una sobrecarga continua, con un aplantilla disminuida, desmotivada y ausente de las decisiones de gestión y mal pagada, si comparamos sus sueldos con países de nuestro entorno.
e) Crisis socio económica
Si la aparición de la pandemia produjo meses de paralización de la economía, y la población trabajadora recluida en sus casas, salvo quien trabajaba en trabajos esenciales, la desescalada y el paso pretendido a la normalidad no fue tal, con una población “alarmada”, con una vivencia de inseguridad y miedo a perder la estabilidad en el empleo o a encontrar un nuevo trabajo quien lo perdió, instalándose una crisis económica que persiste, sin alcanzar los niveles de producción prepandémicos, a lo que ha contribuido la crisis de materias primas, la crisis energética, el desabastecimiento de material a las empresas; y sino bastaba esto, llegó la guerra de Ucrania, y la actual crisis financiera, que hacen que el horizonte de recuperación se antoje lejano. Esta crisis ha hecho empeorar las condiciones laborales y un clima de desesperanza en los trabajadores fruto de la incertidumbre del mercado laboral, y la precariedad en el empleo, con la aparición de un mayor de trabajadores que debe recurrir al pluriempleo y la pluriactividad como una forma de subsistencia económica, con aumento de los riesgos laborales, incluso con un presentismo mayor (trabajar enfermo) por miedo a perder el trabajo.
Por último y combinado algunas de las situaciones descritas, el Banco de España alertaba en su informe de 16/3/237 que las bajas laborales por salud disparadas a máximos históricos, podrían provocar un “impacto económico significativo”.
Bibliografía
1Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo (AEEMT) Síndrome Post COVID y retorno al trabajo.
http://www.aeemt.com/web/wp-content/uploads/2021/09/Documento-Sindrome-Post-COVID-o-COVID-Persistente-y-retorno-al-trabajo.pdf
2Vicente Pardo José Manuel. Síndrome Post COVID y retorno al trabajo, situación de riesgo laboral.
https://prevencionar.com/2021/10/14/sindrome-post-covid-y-retorno-al-trabajo-situacion-de-riesgo-laboral/
3López-Guillén García Araceli y Vicente Pardo José Manuel. La incapacidad laboral como indicador de salud laboral.
https://prevencionar.com/2019/11/18/la-incapacidad-laboral-como-indicador-de-salud-laboral/
4 López-Guillén García Araceli y Vicente Pardo José Manuel. ¿Combatir o Prevenir el absentismo por incapacidad temporal laboral?
https://prevencionar.com/2020/12/14/combatir-o-prevenir-el-absentismo-por-incapacidad-temporal-laboral/
5INSST. Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo, 2023-2027
https://www.insst.es/documentacion/catalogo-de-publicaciones/estrategia-espa%C3%B1ola-de-seguridad-y-salud-en-el-trabajo-2023-2027
6 López-Guillén García Araceli y Vicente Pardo José Manuel. La sisifemia una pandemia de sistemas de producción y organizaciones con sobrecarga mental desmedida.
La sisifemia una pandemia de sistemas de producción y organizaciones con sobrecarga mental desmedida
7 Banco de España. Informe Efectos económicos de un posible deterioro duradero en la salud general.
https://www.bde.es/f/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomico/23/T1/Fich/be2301-art20.pdf