Alterado nuestro estado emocional, con problema de salud mental presentes y futuros de esta vida vivida casi en constante tensión y con un impacto social, económico y sanitarios, tenemos que ser capaces de desarrollar un cambio positivo de actitud.
“No hay mayor pérdida de tiempo que desperdiciar la vida corriendo” (Carl Honoré)
Miedo, ansiedad y estrés
Miedo como un temor específico, concreto, determinado y objetivo ante algo que es externo a nosotros y que se acerca trayéndonos inquietud y alarma.
Ansiedad como vivencia de temor a algo difuso, no concreto, indefinido, que a diferencia del miedo, tiene una referencia explícita, es decir, que mientras que el miedo se produce “por algo”, la ansiedad, se produce “por nada”.
El miedo es un temor con objeto y la ansiedad es un temo impreciso carente de objeto exterior
La ansiedad es una emoción de alarma que da lugar a una hiperactividad fisiológica, donde todo se vive con temor y que le acompañan cuatro componentes esenciales que provocan cuatro sistemas de respuesta:
El estrés, es la respuesta del organismo a un estado de tensión excesiva y permanente que se prolonga más allá de las propias fuerzas, es decir, que nos sitúa en unas condiciones de vida que llevan continuamente al borde del agotamiento. El sobreesfuerzo constante, tensión emocional o intelectual fuerte, un ritmo vertiginoso de vida y sin tiempo para nada…
Porque vivimos la vida en constante tensión, siendo la ansiedad generalizada no de los trastornos más difíciles para los psicólogos porque se trata de una tensión que va asociada a un objeto indefinido.
Existen dos opciones para tratar la ansiedad generalizada:
- Aprender a relativizar las situaciones del día a día: Los atascos, perder el autobús, entregar un trabajo a tiempo, la puntualidad, hacer siempre las cosas bien en el trabajo, en casa, con la familia…
- Ralentizar la marcha y apreciar lo que nos rodea, disfrutar del camino, del entorno, del viaje, de cada momento, de cada situación, de lo que en este momento estamos haciendo.
Relativizar y Ralentizar: Porque si hacemos las cosas, que sean de calidad, no una cantidad de cosas que ni somos conscientes a veces de haberlas realizado, bajar el pie del acelerador y pasear por la vida dándonos cuenta de las cosas maravillosas que nos están rodeando, tratar de trabajar nuestro estado mental hacia una actitud que nos permita disfrutar del viaje.
Ralentizar, para apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor y disfrutar de las tareas que se nos encomiende, en lo laboral y fuera de la oficina.
Ya existe el movimiento Slow “Slow (lento, en inglés) es un movimiento que propone tomarse el tiempo necesario para producir algo de calidad, disfrutar el proceso y adaptarse al ritmo natural del planeta” como movimiento que enseña la importancia de vivir sin prisas para tener momentos de calidad cuyo su precursor es Carlos Petrini.
«Necesitamos desesperadamente cambiar las conciencias»
Y que razón más grande…. En contra de esta locura de vida acelerada, desenfrenada, necesitamos cambiar nuestra consciencia y defender el placer tranquilo de la reflexión, de la convivencia, del respeto, de la escucha, de la atención plena y de retomar la cordura y la capacidad de disfrutar de todo lo que hacemos (tocan tareas de todo tipo, pero hasta de planchar hay que sacar el “regusto”).
De aquello que tengo pendiente de hacer hoy, ¿puedo hacerlo con cariño y atención para lograr disfrutar del proceso?
¿Siento el compromiso de buscar la atención y la vibra en cada una de mis acciones cotidianas como comer, vestirme, ordenar mi ropa, limpiar…? ¿Puedo? Hazlo.
Seguro que si nos tomamos en serio este compromiso de prestar atención a las cosas que hacemos, lograremos realizarlo disfrutando…
En lo laboral hay tarea pendiente, porque los riesgos psicosociales afectan a todas la organizaciones y encierran otros muchos problemas más allá de la propia organización, tienen consecuencias negativas en la visión holística de salud y no solo en salud mental, resintiendo también la productividad e impactando negativamente sobre la salud socio-económico-sanitaria global.
¿Cuáles son algunos buenos consejos que puedes desarrollar en tu organización para manejar la ansiedad?
– Identifica los pensamientos que te molestas, auto obsérvate, acepta lo que sientes y afronta las principales preocupaciones con información. Todas las emociones que vivimos adaptativas, nos van a informar sobre cómo estamos y qué necesitamos, así que acéptalas, sin luchar contra ellas.
– Plantificar el trabajo, con rutina horaria y cumplirla. Trabaja la autoconfianza, valora lo que haces bien cada día y trata de aceptar las limitaciones. A pesar de todo, estás prestando un servicio de gran valor.
– Centrarte en lo que se puedes hacer. Asegúrate de hacer pequeñas pausas en tu jornada laboral para parar, descansar y conectar contigo. Esto te ayudará a prevenir el agotamiento y la fatiga mental.
– Ten una actitud positiva. Cuidar de ti mismo no es un lujo, es una necesidad.
– Mantente activo, ocupado. Haz ejercicio, actividad física y utiliza medios prácticos para relajarte (mindfulness, técnicas de respiración, relajación, yoga …)
– Evita la sobreinformación, estar permanentemente conectado solo sirve para aumentar innecesariamente la sensación de ansiedad, acude a fuentes fiables, contrasta y desconecta, pon límite a la información.
– Mantén, cuida tu contacto social; Comparte tus preocupaciones, apóyate en las personas más cercanas y ayuda si es posible en algo a los demás, siempre reconforta pertenecer a un equipo.
– Y si aun así te sientes sobrepasado, pide ayuda o consejo profesional. Busca el apoyo de tus compañeros y pide ayuda antes de llegar a sentirte desbordado.
La salud mental, la ansiedad, el estrés, los riesgos psicosociales es un tema tan importante y cada vez más visible en nuestra sociedad y debe toda nuestra atención.
¿Te cuidas? ¿Serás capaz de intentarlo? … ¡Para y repara!
Referencias y bibliografía:
Cómo superar la Ansiedad – Enrique Rojas
Las Gafas de la Felicidad – Rafael Santandreu
Riesgos psicosociales y trabajo a distancia por Covid-19 – Espacio Covid INSHT: https://www.insst.es/espacio-campana-covid-19